Los trabajadores colombianos pasaran de laborar 48 horas a la semana, como sucede en la actualidad, a solo 42 horas a la vuelta de los próximos tres años, ajuste que comenzará desde mediados del 2023, cuando esa reducción sea de una hora, es decir, ya no se trabajarán 48 horas a la semana sino 47.
Dicho ajuste en la jornada laboral de los trabajadores formales del país hace referencia al artículo 161 del Código Sustantivo del Trabajo, el cual fue modificado, e indica que ese cambio en la intensidad horaria laboral en el país comienza a regir a partir de julio del próximo año y se extendería hasta el mismo mes de 2026, permitiendo que los trabajadores en Colombia solo laboren 42 horas a la semana a partir de ese año.
Pese a esas modificaciones a la norma, empleadores y las empresas que quieran adoptar la totalidad de lo dispuesto en la Ley 2101 de 2021, “que tiene por objeto reducir la jornada semanal de manera gradual, sin disminuir el salario ni afectar los derechos adquiridos y garantías de los trabajadores”, y modificar los horarios de sus trabajadores, podrán hacerlo sin ningún tipo de restricción. La norma señala que: “Transcurridos dos (2) años a partir de la entrada en vigencia de la ley, se reducirá una (1) hora de la jornada laboral semanal, quedando en 47 horas semanales… Pasados tres (3) años de la entrada en vigencia de la ley, se reducirá otra hora de la jornada laboral semanal, quedando en 46 horas semanales. A partir del cuarto año se reducirán dos (2) horas cada año hasta llegar a las cuarenta y dos (42) horas semanales”.
Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde) Colombia está en el primer lugar de los países donde más se trabaja con un total de 2.172 horas por año. Esta cifra supera a sus pares latinoamericanos como México (2.124), Costa Rica (1.913) y Chile (1.825). Para hacer una comparación, aquellos países donde se trabaja menos horas al año son Dinamarca y Alemania con 1.346 y 1.332 horas, respectivamente.
Con estas nuevas disposiciones se busca que Colombia esté al nivel de países como Israel donde se trabajan 42 horas semanales, aunque, aún quedaría lejos de igualar las jornadas de trabajo de países como Bélgica (38 horas) y Francia (35 horas).
Uno de los tantos desafíos que tendrá esta normativa para las empresas será el reordenamiento de los horarios del personal y todo lo que ello implica. En este ámbito, es importante considerar cuestiones como un efectivo sistema de control de asistencia que vaya en consonancia con el cambio gradual de la reforma.