Escrito por: AmCham Colombia
La tensión comercial entre China y Estados Unidos, con las medidas proteccionistas de parte y parte pusieron en jaque el fenómeno de globalización que tenía el comercio desde hace 20 años y ante los riesgos comerciales derivados de decisiones políticas, se ha dado un proceso de regionalización y “nearshoring” para mantener o mejorar la competitividad empresarial.
Colombia cuenta con condiciones geográficas, políticas y económicas para mejorar su posición en el comercio internacional, clave en la fase de reactivación económica en medio de las medidas y protocolos de bioseguridad para enfrentar la pandemia del covid-19.
Las cadenas regionales de valor son el principal mecanismo que tiene hoy el comercio exterior de Colombia para potencializar su presencia en la economía internacional y aprovechar mejor las oportunidades comerciales con Estados Unidos en medio de la reconfiguración del comercio en el mundo.
Además, a pocas semanas de asumir la Presidencia Pro tempore de la Alianza del Pacífico, Colombia podría liderar una estrategia regional que facilite una norma sobre acumulación de origen para exportar hacia Estados Unidos con insumos de la Alianza Pacífico que beneficiaría también a las empresas de EE.UU. en su proceso productivo permitiendo la diversificación de las importaciones de ese país, cuyos principales proveedores son China, México y Canadá.
LA PANDEMIA CAMBIO LAS REGLAS
El comercio exterior, en el mundo como en Colombia, es uno de los sectores más golpeados por la pandemia. Los datos del DANE reflejan una caída de las exportaciones de 8,7 % en el primer trimestre de este año, cuando totalizaron 8.756,6 millones de dólares, principalmente por una menor dinámica en marzo, mes en el que se redujeron 28,5 % hasta los 2.393 millones de dólares.
La caída de las exportaciones está bastante definida por la disminución de la demanda y precios del petróleo como también por el freno de la actividad económica ocasionado por la pandemia.
Aunque la caída de las exportaciones de bienes básicos puede ser temporal, si es una oportunidad para que Colombia replanteen la posibilidad de diversificar su matriz exportadora orientada a los nuevos productos con oportunidad que han surgido de la tensión comercial y reforzado por la pandemia. Son 108 posiciones que Colombia ya esta produciendo y que tendría la capacidad de integrarse a las CGV con ventaja comparativa revelada.
La industria de los servicios, en cambio, gana terreno principalmente en el sector del software. Las exportaciones de software y tecnologías de la información (TI) llegaron a 68 millones de dólares entre enero y marzo de este año. Estados Unidos es el país que más compró estos servicios en el primer trimestre del año, con 45 millones de dólares, mientras que Canadá registra 220.000 dólares.
La situación ha obligado a algunos países a replantear sus exportaciones y a generar estrategias de sustitución de importaciones, sin embargo eso no ha limitado la complementación con proveeduría internacional (cercana) para generar competitividad en sus productos. Los equipos y materiales médicos pasaron a ser productos prioritarios y estratégicos y a prohibirse su exportación. El problema de defender la producción nacional de productos de emergencia o estratégicamente importantes es que fomenta el proteccionismo.
Ya Estados Unidos había utilizado el argumento de la seguridad nacional para imponer aranceles a las importaciones de acero y aluminio.
Las estrategias de la cadena de suministro de las empresas deben ser las mismas: evaluar los riesgos y los costos y construirlos en consecuencia.
TANTO CHINA COMO LOS ESTADOS UNIDOS SON PERDEDORES
Las exportaciones estadounidenses han sufrido una pérdida de competitividad inducida por el aumento en el costo de producción de las industrias que utilizan bienes importados gravados como insumo.
Como se muestra en la tabla 1, de las exportaciones chinas, los productos electrónicos son potencialmente el sector más afectado: $167mil millones de exportaciones que enfrentarán un arancel promedio que aumentará de 0.3% a 9.3%.
La maquinaria es el segundo sector afectado, con un aumento en los aranceles de 11.7 puntos porcentuales aplicados por EE. UU. a las exportaciones chinas, que equivalen a $103 mil millones. Entre todos los demás sectores, los cambios arancelarios pueden ser aún mayores, pero el comercio es más limitado.
El aumento de 5,8 puntos porcentuales en los aranceles de vehículos frenará las exportaciones estadounidenses a China por valor de 32 mil millones de dólares, con un enorme costo en las exportaciones a China de plantas alemanas ubicadas en los EE. UU.
Analizando los datos recientes de comercio bilateral la guerra comercial se ha traducido en un recorte de -28% en las importaciones estadounidenses de bienes para consumo final de China, pero el recorte asciende a -43% para bienes intermedios.
Las exportaciones de bienes intermedios a China también registraron una caída del -31%, en parte debido a las represalias, pero también debido al impacto de los aranceles estadounidenses al valor agregado estadounidense contenido en los productos chinos seleccionados.
Las exportaciones de EE. UU. al mundo registran una disminución de -0.8% y una caída del 13.6% de las exportaciones a China como resultado de las sanciones. Si se tiene en cuenta la participación de las exportaciones totales de EEUU, China es el tercer destino de las ventas externas, detrás de Canadá y México, lo que genera un impacto directo en las exportaciones de este país.
Las importaciones de EE. UU. del mundo caen 1.7% y de China como origen caen 16.1%, lo que es una muestra de la reducción de la competitividad: el costo de los insumos intermedios importados aumenta, lo que resulta en un aumento en los precios al productor.
En general, las exportaciones chinas registran un modesto crecimiento de 0.2%, lo que significa que China logra compensar el acceso reducido al mercado de los Estados Unidos al redirigir las exportaciones, aunque esto es a expensas de los precios reducidos al productor. Los términos de intercambio chinos disminuyen como consecuencia (-0.75%) (Fuente: WITS).
SECTORES GANADORES Y PERDEDORES DE ESTA BATALLA ARANCELARIA
En la Figura 1, se graficaron los cambios porcentuales en el valor agregado de los sectores estadounidense y chino.
El cuadrante superior derecho corresponde a sectores ganadores en ambos países. No es sorprendente que este cuadrante esté vacío, lo que significa que la guerra comercial no puede crear valor.
En el sector de la electrónica, donde el valor agregado chino registra una disminución del 9%, Estados Unidos gana un 7%. En consecuencia, esta industria registrará una destrucción masiva de valor.
En el sector del hierro y el acero, las ganancias de los Estados Unidos también son considerables (casi el 11% del valor agregado, o un aumento de $ 8,5 mil millones), pero el impacto en China es reducido porque ya estaba excluida del mercado estadounidense con antidumping antes de la guerra comercial. La maquinaria y los productos de metal registran ganancias modestas para los Estados Unidos y pérdidas modestas para China.
Las represalias chinas golpean fuertemente a las semillas oleaginosas de los Estados Unidos. El valor agregado de los Estados Unidos registra una caída de -10.5% (o $ 6.5 mil millones). Los productores estadounidenses de cultivos de fibra, otros cultivos, cereales, verduras y frutas también rinden están perdiendo.
Los productos químicos se ven afectados por una caída del 1.9% en el valor agregado y la industria automotriz 2,5%.
Lo que se ha evidenciado luego de la profundización de la guerra comercial es que muchas empresas extranjeras planean intensificar sus esfuerzos para cambiar las líneas de producción fuera de China. Ejemplos son Apple, Hashbro, Nintendo y Samsung.
ALGUNAS EMPRESAS YA ALISTARON MALETA
Algunas empresas de Estados Unidos desde hace más de dos años vienen trasladando sus procesos a otros países de Asia donde han conseguido beneficios como salarios bajos, como son los casos de Filipinas, India y Vietnam, dado el aumento de los costos laborales en China. Sin embargo, la incertidumbre causada por la guerra comercial está poniendo esta tendencia de mover la tercerización de la cadena productiva aun más activa y cercana.
En 2019 ha habido una recomposición de las importaciones que hace Estados Unidos por país. Estos cambios son marginales debido a que China, Canadá y México representan casi el 50% de las importaciones y otro 20% está explicado por 7 países: Japón, Alemania, Corea del Sur, Reino Unido, Francia, India e Italia.
No obstante, importantes cambios se han dado una vez la participación de China en las importaciones de Estados Unidos se ha reducido. Se puede ver a Malasia como el mayor ganador de la primera ronda, con un incremento en la participación de mercado importador estadounidense del 1,8%, seguido por de Taiwán del 0,8%. En la segunda ronda de aranceles, México ganó 1.5% y Corea del Sur 1.4%. Otros ganadores, en menor grado, incluyeron Vietnam, Filipinas, Taiwán, Singapur, Malasia, entre otros.
Tailandia, Malasia, Taiwán y la India también son candidatos para la reubicación de la producción desde China. Tailandia encabeza la lista ya que su canasta de exportación es similar a la de China, los salarios son un 25% más bajos y el país tiene políticas favorables para los inversores. Sin embargo, la principal advertencia de Tailandia es la estabilidad política, incluso después de las elecciones recientes (lo que lleva a la incertidumbre política).
VULNERABILIDADES DE EE.UU.
La Figura 2 muestra que las computadoras y productos electrónicos, equipos electrónicos y textiles y zapatos son los sectores estadounidenses más vulnerables en la actual guerra comercial (Véase Apéndice 2). Es muy probable que estos grupos de productos estén sujetos a aumentos de precios debido a productos intermedios más caros: más del 20% de la producción estadounidense en estas industrias consiste en productos intermedios chinos.
La industria de las computadoras y los productos electrónicos también es indirectamente vulnerable a aranceles más altos: el 7.5% de las exportaciones chinas consiste en valor agregado estadounidense incorporado en estos productos. Esto no es sorprendente, ya que los fabricantes estadounidenses usan a China como un centro de fabricación para ensamblar computadoras portátiles, móviles, etc.
Estados Unidos está más expuesto que China a las interrupciones en la cadena de suministro por la guerra comercial. Los fabricantes estadounidenses dependen mucho más de los intermedios chinos que al revés y las empresas estadounidenses son especialmente vulnerables en categorías con mayor valor agregado, como es el ejemplo de la industria de computadoras y productos electrónicos.
108 PARTIDAS CON OPORTUNIDAD PARA COLOMBIA POR TENSIÓN CHINA – EE.UU. Y COVID-19
Colombia cuenta con 108 partidas arancelarias con las que puede incrementar la participación de sus exportaciones hacia Estados Unidos, aprovechando la reconfiguración del comercio internacional que venía adaptándose a la tensión comercial entre EE.UU. y China y que se aceleró con la pandemia de covid-19- que migra hacia cadenas regionales de valor.
De acuerdo con un análisis del economista David Ibañez elaborado para la Cámara de Comercio Colombio Americana, AmCham Colombia, el país tiene una estructura exportadora similar a la China, es decir que la mayoría de partidas que exporta Colombia al mundo, también las produce China.
Esta similitud se reduce a la mitad, más o menos 705 partidas arancelarias cuando se compara la cesta de bienes que ambos países exportan a EE.UU. La razón fundamental es que hay un conjunto de bienes exportables chinos que son importados por Estados Unidos que tienen un nivel de tecnología y de valor agregado mayor que Colombia o simplemente no produce.
Con la tensión comercial y el incremento de aranceles para los productos de origen chino, varios fabricantes comenzaron a buscar mercados alternativos para la producción encontrando como primera opción otros países asiáticos con estructuras de capital humano específico, redes de comercio y difusión de conocimiento, que les permiten absorber de manera rápida este proceso.
La Figura 1 muestra que Estados Unidos tiene una importante dependencia de bienes intermedios de origen chino en donde la elaboración de computadoras y productos electrónicos, equipos electrónicos y textiles y zapatos son los sectores estadounidenses más vulnerables en la actual guerra comercial.
Estos grupos de productos están sujetos a aumentos de precios debido a productos intermedios más caros: más del 20% de la producción estadounidense en estas industrias consiste en productos intermedios chinos.
La dependencia de EE.UU. de productos intermedios chinos es de dos vías: Directa e Indirecta. Directa es medida con los productos intermedios. Indirecta del proceso de agregación de valor de los productos que consume Estados Unidos, pero que tienen algún tipo de agregación de valor en China.
Algunos productos intermedios chinos tienen materia prima de EEUU. y se ven en la siguiente tabla:
La industria de las computadoras y los productos electrónicos también es indirectamente vulnerable a aranceles más altos: el 7.5% de las exportaciones chinas consiste en valor agregado estadounidense incorporado en estos productos. Esto no es sorprendente, ya que los fabricantes estadounidenses usan a China como un centro de fabricación para ensamblar computadoras portátiles, móviles, etc.
Estados Unidos está más expuesto que China a las interrupciones en la cadena de suministro por la guerra comercial. Los fabricantes estadounidenses dependen mucho más de los intermedios chinos que al revés y las empresas estadounidenses son especialmente vulnerables en categorías con mayor valor agregado, como es el ejemplo de la industria de computadoras y productos electrónicos.
Por otro lado, la participación de Colombia en las cadenas globales de valor es una pequeña proporción del valor agregado total en estas industrias de computadoras y productos electrónicos, equipo de transporte, productos mineros no manufacturados, combustibles y productos de madera
Aun así, en el conjunto de productos que ambos producen, Colombia puede tener oportunidades de ingresar en las CGV en las que China está produciendo y aprovechar la coyuntura de la guerra comercial para poder ganar más participación dentro del mercado importador de Estados Unidos.
La gran mayoría de estas partidas arancelarias corresponde a bienes intermedios que al ser exportados hacia Estados Unidos se transforman en bienes finales para el consumidor dentro y fuera de ese país.
Analizando los datos recientes de comercio bilateral, la guerra comercial se ha traducido en un recorte de -28% en las importaciones estadounidenses de bienes para consumo final de China, pero el recorte asciende a -43% para bienes intermedios.
Las exportaciones de bienes intermedios a China también registraron una caída del -31%, en parte debido a las represalias, pero también debido al impacto de los aranceles estadounidenses al valor agregado estadounidense contenido en los productos chinos seleccionados.
Las exportaciones de EE. UU. al mundo registran una disminución de -0.8% y una caída del 13.6% de las exportaciones a China como resultado de las sanciones. Si se tiene en cuenta la participación de las exportaciones totales de EEUU, China es el tercer destino de las ventas externas, detrás de Canadá y México, lo que genera un impacto directo en las exportaciones de este país.
Las importaciones de EE. UU. del mundo caen 1.7% y de China como origen caen 16.1%, lo que es una muestra de la reducción de la competitividad: el costo de los insumos intermedios importados aumenta, lo que resulta en un aumento en los precios al productor.
En general, las exportaciones chinas registran un modesto crecimiento de 0.2%, lo que significa que China logra compensar el acceso reducido al mercado de los Estados Unidos al redirigir las exportaciones, aunque esto es a expensas de los precios reducidos al productor. Los términos de intercambio chinos disminuyen como consecuencia (-0.75%) (Fuente: WITS).
Teniendo en cuenta ese análisis en la relación comercial China – Estados Unidos y el comparativo de la oferta exportable de Colombia, los principales capítulos arancelarios en los que el país tiene ventaja comparativa revelada para competir en EE.UU. con China son:
o Productos de las industrias químicas
o Productos del reino vegetal
o Metales comunes y herramientas
o Piedra, cemento, productos cerámicos, vidrio
o Materias textiles y sus manufacturas
Estos sectores se caracterizan en su mayoría porque tienen un nivel de tecnología medio y son bienes intermedios para la producción de bienes finales de Estados Unidos y sobre los cuales ese país busca alternativas de proveeduría.
Dentro de los productos de las industrias químicas se resaltan los productos: óxidos e hidróxidos; insecticidas; gelatinas; carbono; preparaciones capilares; preparaciones para higiene bucal; aprestos y productos; jabón; ácidos carboxílicos; perfumes y aguas de tocador; cloruro de hidrógeno; agentes de superficie orgánicos; colores para la pintura; preparaciones de belleza; sulfatos; alumbres; betunes y cremas; guatas, gasas, venda; y las demás materias colorantes.
Dentro de los productos del reino vegetal se resaltan los productos: flores; bananas; café; harina de cereales; plantas; dátiles, higos, piña; follaje, hojas, rama; demás frutas frescas; raíces de yuca; hortalizas conservadas; jengibre, azafrán; cítricos frescos; materias vegetales; y harina y sémola.
Dentro de los productos de los metales comunes y herramientas se resaltan los productos: aparatos mecánicos; layas, palas y azadas; antimonio y sus manufacturas; tijeras y sus hojas; y sierras de mano.
Dentro de los productos de piedra, cemento, productos cerámicos y vidrio se resaltan los productos: manufacturas de amiantocemento, celulosacemento o similares; vidrio colado o laminado; tejas; guarniciones de fricción; fregaderos (piletas de lavar), lavabos, pedestales de lavabo, y bañeras; artículos de vidrio; vajillas; recipientes para envasado; y abrasivos naturales.
Y, por último, dentro de los productos de materias textiles y sus manufacturas se resaltan los productos: tejidos de gasa; sostenes y fajas; napas para neumáticos; tul, tul-bobinot y tejidos de mallas anudadas; tejidos de punto; conjuntos de abrigo; y ropa de cama y de mesa.
COLOMBIA, DESTINO DE NEARSHORE HACIA ESTADOS UNIDOS
En la nueva configuración del comercio internacional, quedó en evidencia la alta dependencia de proveedores asiáticos en especial de China, la existencia de inventarios bajos, imposibilidad de respuesta rápida y producción limitada. Una falla en alguno de los procesos productivos afecta toda la cadena, aumentando costos y perdiendo competitividad.
Hoy las variables estan enfocadas en encontrar diversificación de fuentes o proveedores, construir existencias de componentes críticos, solucionar los cuellos de botella y cercanía para lograr rapidez de respuesta.
A la necesidad de un costo competitivo se agrega entonces el riesgo y la resiliencia que obligan a compradores, en particular de Estados Unidos a mirar diferentes opciones de proveeduría, en donde el costo sea competitivo, pero también lograr reducir la vulnerabilidad en momentos de crisis económicas, políticas o de salud.
Si a lo anterior le sumamos que estos cambios se ven acentuados por la pandemia del covid-19 donde la recuperación del comercio mundial se dará en productos diferentes y ocurrirá en países distintos a los tradicionales, Colombia tiene grandes oportunidades para aprovechar, en especial en estados unidos donde hay un vacío de oferta.
El proceso de cambio de esta proveeduría lejana por una más cercana se conoce como “nearshore” o cerca de la costa, en donde un país o empresa traslada parte de sus procesos productivos, de negocio o tecnológicos a países o zonas más cercanas a su base o mercado.
ATRACCIÓN DE INVERSIÓN PARA IMPULSAR LAS CADENAS REGIONALES DE VALOR
Uno de los eventos que explica el aumento del comercio internacional en los últimos 40 años son las Cadenas Globales de Valor, CGV, llevando a que cualquier impacto arancelario en estas encarezca el producto y genere repercusiones negativas en la actividad económica de terceros países.
Las CGV son posibles gracias a innovaciones en las tecnologías de comunicaciones y transporte, junto con reformas institucionales y de mercado que han permitido que decenas de países se unan (o se reincorporen) al panorama económico global. El comercio a través de CGV ha permitido un aumento enorme en el comercio de subcomponentes de valor agregado en relación con el comercio bruto.
La existencia de una guerra comercial, que trae consigo aranceles más altos, crea un escenario con mayores costos en un sistema comercial con CGV que en un mundo equivalente sin este tipo de interrelaciones en los procesos de producción.
Si el aumento de los aranceles (o incluso la amenaza de una guerra comercial) hace que las empresas cambien cómo y dónde se fabrican los productos en el mundo, esta dislocación de producción adicional acarreará pérdidas adicionales de eficiencia, empleo, ganancias y bienestar.
En las últimas décadas, las empresas multinacionales han estado explotando cada vez más las ventajas comparativas internacionales al reubicar partes de sus procesos de producción en diversos países, de acuerdo con sus necesidades y comportamiento de mercado, además de ser un mecanismo de protección ante la dependencia de proveeduría desde una sola región, como la asiática y en particular desde China, que se ha visto afectada por la tensión con Estados Unidos y más recientemente por la pandemia del covid-19.
Encuentran que las empresas extranjeras en economías emergentes pueden, por ejemplo, beneficiarse de costos laborales relativamente bajos para el ensamblaje de bienes, mientras que el marketing y la I + D se ubican en la base de operaciones, lo que les permite producir de manera más eficiente y mejorar su competitividad.
Se estima que el 70% del comercio internacional lo generan 25.000 multinacionales con cerca de 250.000 sucursales alrededor del mundo y, por lo tanto, son más vulnerables a ciertos choques de precios causados por medidas comerciales proteccionistas, como los aranceles de importación.
Aproximadamente el 50% de las importaciones y exportaciones brutas totales de los Estados Unidos consisten en bienes intermedios. Esta cifra es aún mayor para China, para la cual el 70% de las importaciones brutas y el 62% de las exportaciones brutas son intermedias.
Dentro de los sectores en los que Colombia puede atraer inversión extranjera se encuentran la industria farmacéutica, manufacturas e insumos para calzado, prendas de vestir y textiles, industria automotriz, así como industria de alimentos y bebidas sobre las cuales EE.UU. quiere tener proveedores cercanos y con rápida respuesta para disminuir la alta dependencia asiática.
Para fortalecer la atracción de inversión extranjera a Colombia, de acuerdo con un análisis de Araújo Ibarra, se requiere:
o Mantener la estabilidad fiscal.
o Evitar reformas tributarias cada dos años para que los inversionistas puedan tomar decisiones de largo plazo.
o Tener una estructura tributaria competitiva en comparación con la de otros países de América Latina, fortalecer los mecanismos de apoyo a las exportaciones.
o Coordinación interinstitucional para fortalecer el comercio exterior. -
o Sistematización aduanera.
Adicionalmente, es indispensable impulsar el comercio electrónico con facilidades para exportar por medio de una legislación que esté a la par con las normas internacionales en la materia.
Colombia, en particular Bogotá con el aeropuerto ElDorado, puede convertirse en capital de los centros de distribución de las grandes plataformas del comercio por internet y ello requiere inversión y fortalecimiento de call centers, centros de datos, facilidades de empaque y logística, y una activa estrategia de distribución internacional aérea.
VENTAJAS DE COLOMBIA PARA EL NEARSHORE CON EE.UU.
Si bien parte del proceso de nearshoring desde Asia se ha trasladado a mas de 30 países, donde US$ 88 mil millones han encontrado refugio, solo México (US$11.2mil millones) en latino américa a logrado recibir una participación importante de estos recursos.
Colombia cuenta con ventajas competitivas para que varias industrias contemplen el traslado de parte de su producción de bienes intermedios con destino a Estados Unidos, pero se necesita una determinación publico privada para generar resultados positivos.
Ser Colombia un aliado de Estados Unidos, la confianza y reconocimiento por pate del empresariado americano en nuestras empresas, la cercanía geográfica, el huso horario similar, afinidad cultural y los avances tecnológicos y de comercio de los últimos años, en especial contar con un tratado de libre comercio moderno y estabilidad política y económica son algunas de las características que ofrece Colombia para los inversionistas internacionales que lugares idóneos para la inversión.
Y no solo en temas de bienes, también en servicios se reconoce estas variables. En particular, en temas de BPO, el experto en temas de tecnologías de la información y estrategias offshore de BPO Kirk Laughlin ubica a Colombia como uno de los países latinoamericanos con mejor desempeño en la prestación de servicios nearshore.
Este hecho ha sido más evidente en los últimos cinco años con la contratación de miles de profesionales colombianos por empresas globales y locales que ofrecen software e innovación digital, servicio al cliente bilingüe y soluciones dentro del ámbito en constante expansión de automatización inteligente.
Complementario a lo anterior, Colombia tiene ciudades intermedias con más de 500 mil habitantes en donde se podría encontrar la mano de obra calificada para atender los requerimientos de esa industria. Se trata de Barranquilla, Bucaramanga, Cali, Medellín, Armenia, Pereira, Cartagena y Santa Marta
ALIANZA DEL PACÍFICO, ALIADO PARA LAS CADENAS REGIONALES DE VALOR
Fuera de Asia, México es un competidor importante para la atracción de inversión extranjera directa originalmente destinada también a China, debido a su similitud con la canasta de exportación de ese país, su cercanía y facilidad geográfica, y el renovado acuerdo comercial en el que también participa Canadá.
Sin embargo las oportunidades para abastecer el mercado de Estados Unidos, cuando cuenta con un vacío de la oferta importante, por la parálisis de las economías generada por la pandemia, obliga a buscar proveeduría en mas de un país. Existen oportunidades de complementación de los países de la alianza del pacifico que puede generar un uso importante de las materias primas y productos intermedios de EEUU dandole una mayor participación que la que actualmente tienen en el proceso productivo con Asia.
Ante este panorama, se abre la oportunidad de establecer una cadena regional de valor con los países de la Alianza del Pacífico con el fin de retomar la posibilidad del beneficio de la acumulación de origen, el cual tenía Colombia previo a la negociación del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y que permitía aprovechar eficiencias regionales para exportar bienes finales y/o intermedios de manera más competitiva.
Esta estrategia permitiría también absorber materias primas de Estados Unidos que se procesen en la región para generar productos con el sello “Hecho en las Américas”.
Para lograrlo se requiere un trabajo en alianza público-privada en donde desde el Gobierno se trabaje en acciones para comunicar y demostrar en Washington las ventajas de una alianza entre Estados Unidos y la Alianza del Pacífico complementario a los TLC existentes con cada país.
Adicionalmente, una labor desde el sector privado que sensibilice al Congreso de EE.UU. y los países de la Alianza del Pacífico sobre la importancia que tendrá para la competitividad empresarial lograr dicho beneficio de acumulación de origen.
Colombia, como próximo presidente de la Alianza del Pacífico y aprovechando la buena relación con Estados Unidos podría liderar la estrategia que representa un gana-gana para la región.
REFLEXIONES FINALES
• La pandemia aceleró el proceso de reorganización del comercio con variables que Colombia tiene con qué ofrecer.
• Los productos o bienes intermedios son los grandes protagonistas en un comercio que esta renaciendo.
• Nuevas variables: riesgo, resiliencia, capital humano, redes de comercio, y cercanía.
• La caída de las exportaciones de bienes básicos puede ser temporal, aunque es una oportunidad para qué países y empresas replanteen su matriz exportadora.
• Colombia debe replantear una nueva visión y reformular su propuesta de valor como país, tomar decisiones sobre el norte productivo y competitivo acorde a las nuevas circunstancias.
• El reto no es menor pero el momento es ahora o nunca.
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