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¿Qué viene para Estados Unidos hasta que Biden asuma como presidente?




Fuente: Wikipedia.com




Líderes políticos debaten opciones en medio de la tormenta provocada por Trump.


Pasarán muchos meses antes de que Estados Unidos pueda recuperarse del peligroso espectáculo que protagonizaron los seguidores de Donald Trump este miércoles cuando se tomaron el Capitolio de manera violenta para tratar de impedir la certificación del triunfo del presidente Joe Biden en las pasadas elecciones presidenciales.


Pero sus consecuencias ya se estaban sintiendo a todo nivel y marcarán los 12 días que restan antes de que el presidente finalmente abandone el poder este 20 de enero.


El asalto, descrito por la mayoría -incluidos republicanos- como un acto de terrorismo doméstico, provocó un distanciamiento inmediato hasta de los aliados más cercanos al presidente, que no solo condenaron su retórica inflamatoria sino discutían posibles sanciones, renuncias masivas y hasta su destitución.


El efecto más directo, sin lugar a dudas, fue la rápida certificación del triunfo de Biden en la madrugada de este jueves y las duras palabras que terminaron usando los republicanos para condenar el esfuerzo de algunos de sus colegas que quisieron objetar el triunfo del presidente electo en varios estados.


Si bien 14 senadores habían prometido respaldar las objeciones al final solo fueron 6 los que se sumaron a la iniciativa. Y solo frente a los resultados de dos estados cuando se hablaba de 5 o más.


Incluso legisladores como Lindsey Graham, que hasta hace muy poco se contaba entre los más fuertes aliados de Trump, saltó del barco descartando las denuncias de fraude e irregularidades que él mismo promovió durante semanas.


"Como conservador no puede pensar en algo más ofensivo en el mundo que pretender que una sola persona pueda anular los votos de 155 millones de personas. Todos los que creen en la Constitución deben elevarse y poner fin a esto. Suficiente es suficiente", dijo Graham.


El vicepresidente Mike Pence, otro de los más fieles servidores de Trump y que presidió la sesión, llamó a los manifestantes "matones y enemigos de la libertad" en momentos en que su jefe los catalogaba de patriotas y justificaba sus acciones contra el Capitolio.



Chad Wolf, el secretario encargado del Departamento para la Seguridad Interna, describió lo sucedido como "trágico y nauseabundo" y le pidió al presidente condenarlo en los términos más enérgicos. "Hemos visto a simpatizantes del presidente utilizando la violencia para avanzar sus intereses políticos. Esto es inaceptable… irracional", sostuvo Chad.


Pero las condenas contra Trump y la turba de sus simpatizantes llovieron de todos los frente con funcionarios, exfuncionarios, congresistas, empresarios y expresidentes de ambos partidos hablando con una sola voz.


Pero quizá quien mejor resumió el sentimiento de repudio fue el general James Mattis, primer secretario de Defensa de esta administración republicana.


"El asalto del Capitolio, un esfuerzos por subyugar la democracia estadounidense a través de una turba, fue promovido por Trump. Su uso de la presidencia para destruir nuestra confianza en las elecciones y envenenar el respeto que le debemos a los conciudadanos fue facilitado por cuasi líderes políticos cuyos nombres vivirán en la infamia por su cobardía", dijo Mattis en un comunicado.


"Lanzar una turba para que presione al Congreso es inexcusable. La conducta del presidente este miércoles es una traición a sus funciones y a sus simpatizantes"


Igual de duro estuvo William Barr, Fiscal General de EE. UU. hasta hace una semana y de los más leales al presidente.


"Lanzar una turba para que presione al Congreso es inexcusable. La conducta del presidente este miércoles es una traición a sus funciones y a sus simpatizantes", dijo.


No fueron pocos, eso sí, los que catalogaron de hipócrita la actitud de muchos miembros del Partido Republicano que ahora se declaran horrorizados cuando ellos mismos echaron leña al fuego al incentivar las denuncias de Trump pese a que no tenían asidero en la realidad. Pero que finalmente lo hicieran hablar claro del enorme impacto que causó en ellos la violenta toma del Capitolio.


En este mismo contexto, Washington era este jueves un mar de especulaciones sobre posibles acciones contra el presidente.


En el Congreso varios legisladores ya hablaban de un nuevo juicio de destitución. Chuck Schumer, el líder de los demócratas en el Senado, lo pidió de manera directa. También corría el rumor de que los mismos miembros de su administración estaban considerando invocar el artículo 25 de la Constitución, que les permite remover a un presidente si consideran que ha perdido la capacidad de gobernar el país. El temor, tanto en el Congreso como entre estos funcionarios, es que Trump puede caer en un espiral autodestructivo en estos últimos días que le restan en la presidencia. Varios reportes en medios de EE. UU. -Washington Post, New York Times, CNN y otros- citaban a los propios asesores de Trump escandalizados por su comportamiento de las últimas horas.


"El riesgo de permitirle al Presidente usar nuestro servicio durante este período es simplemente muy alto..."

Uno de ellos lo describió como un "monstruo fuera de control" y criticaban la pasividad casi cómplice del presidente por resistirse a ordenar el despliegue de la Guardia Nacional para controlar a la turba. De acuerdo con diversos reportes, fue Pence el que finalmente dio la orden pero cuando ya la situación era crítica y se había confirmado la muerte de uno de los manifestantes y el hallazgo de bombas en las inmediaciones del Capitolio.


Uno de ellos lo describió como un "monstruo fuera de control" y criticaban la pasividad casi cómplice del presidente por resistirse a ordenar el despliegue de la Guardia Nacional para controlar a la turba.


De acuerdo con diversos reportes, fue Pence el que finalmente dio la orden pero cuando ya la situación era crítica y se había confirmado la muerte de uno de los manifestantes y el hallazgo de bombas en las inmediaciones del Capitolio.


Que todo eso avance es incierto dado la inminente salida de Trump de la Casa Blanca. El propio presidente, con seguridad alarmado por esos mismos rumores, se comprometió este jueves a una "transición ordenada del poder este 20 de enero".



Pero no sin antes seguir insistiendo, sin evidencia alguna, en que ganó las elecciones pese a perderlas de manera abrumadora (306 vs 232 en el Colegio Electoral y por más de 7 millones de votos a nivel nacional).


Algo que además quedó claramente demostrado este martes cuando su partido perdió nuevamente en Georgia, donde fueron electos dos senadores que le dieron a los demócratas el control de la Cámara Alta por primera vez en seis años.


También se hablaba de renuncias masivas de muchos de sus funcionarios. Hasta el momento, ya habían entregado sus cartas de dimisión la secretaria de Transporte Elaine Chao, esposa del líder de los republicanos del Senado, Mitch McConnell, y por lo menos cinco asesores de la Casa Blanca. Entre ellos la jefa de Gabinete de Melania Trump y la segunda oficial en la oficina de prensa. Pero se especulaba en torno a la inminente renuncia del Asesor Nacional de Seguridad, Robert O´Brian, el segundo a bordo en esta misma dependencia y otros. De acuerdo con fuentes de la administración, si algo les estaba dando pausa era abandonar estas posiciones de poder justo cuando Trump puede tornarse más peligroso. Pero las reacciones no vinieron solo de políticos y funcionarios. Mark Zukerberg el CEO de Facebook e Instagram decidió bloquear a Trump de estas plataformas de manera indefinida.

"El riesgo de permitirle al Presidente usar nuestro servicio durante este período es simplemente muy alto", dijo Zukerberg que el veto se sostendrá por lo menos hasta que se complete la transferencia del poder.

El mandatario saliente está incitando la violencia para tratar de mantenerse en el poder y cualquier líder electo está violando su juramento a la Constitución...

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Paralelamente, la Asociación Nacional de Fabricantes, uno de los grupos empresariales más poderosos del país, le pidió al vicepresidente considerar la invocación del artículo 25 para remover a Trump. "El mandatario saliente está incitando la violencia para tratar de mantenerse en el poder y cualquier líder electo está violando su juramento a la Constitución y rechazando la democracia en favor de la anarquía. Esto no es ley y orden. Esto es caos, es la ley de la muchedumbre. Es peligroso, es sedición y debe ser tratado como tal", dijo Jay Timmons, presidente de la asociación y republicano declarado. En medio de toda esta polémica seguían creciendo las críticas por la escasa presencia policial en los predios del Capitolio y la facilidad con que la tuba pudo ingresar a uno de los edificios más custodiados del mundo.

Hay videos en los que se ve a policías abriendo las rejas para permitir el ingreso de los manifestantes y otros mostrando que fueron sacados casi de la mano y sin mayor presión. De hecho, el jefe de la policía del Capitolio anunció este jueves su renuncia. "En Washington utilizaron helicópteros tanquetas y un impresionante despliegue de fuerza pública para dispersar una marcha de Black Lives Matter que hasta ese momento era pacífica. Este miércoles supremacistas blancos se tomaron el Capitolio de manera violenta, destruyen su interior, ondean la bandera de la confederación, hasta dejan colgando cuerdas para ahorcar personas y los sacan escoltados. No me quiero ni imaginar la barbarie que se habría armado de haber sido afroamericanos los que asaltan el Congreso", decía la Representante a la Cámara Maxim Waters. Así mismo, también se cuestionaba los pocos arrestos que se han presentado pese a que muchos de los manifestantes se tomaron fotos mientras ocupaban el Capitolio y las compartieron en redes sociales.


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