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Análisis: Todo lo que dejó ver el debate entre Trump y Biden

Si alguien se pregunta quién estará en la Oficina Oval durante los próximos cuatro años, el enfrentamiento final fue bastante educativo.



fuente: Bloomberg.com

Los debates presidenciales son útiles porque los candidatos realmente nos dicen quien ocupará el cargo. Joe Biden, en el debate final del jueves por la noche, dejó en claro que será un presidente demócrata liberal convencional, que tomará el trabajo en serio e intentará resolver los problemas. Su valor agregado es su capacidad de ser empático, o al menos para parecer empático.

Anticipando los ataques contra su hijo, Hunter, tenía una línea preparada sobre que no hay que preocuparse de hablar sobre la familia de Donald Trump o sobre su propia familia, sino que sobre las familias del pueblo estadounidense. Parecía genuinamente indignado por la política de separación familiar del presidente. Pero, sobre todo, el exvicepresidente describió los planes demócratas normales, no centristas, pero tampoco los del lado de Bernie Sanders del partido, acerca de la atención médica, el cambio climático, la política exterior y cualquier otra cosa que la moderadora Kristen Welker le lanzó.

Incluso cuando se equivocó un poco (como creo que lo hizo al hablar de su plan de atención medica), era obvio que tenía el dominio de los temas y que podía discutirlos a un nivel complejo. La frase que mejor representa el estilo de Biden: "cuando éramos presidente y vicepresidente", sin ninguna explicación sobre a quien se refería con "éramos".


¿La frase que representa a Donald Trump? "Asumo toda la responsabilidad. No es mi culpa".Trump prometió que su segundo mandato sería muy similar al primero. No se molestará en aprender nada sobre el Gobierno y la política. Sus principales fuentes de información serán Fox News y, aún mejor, las fuentes más oscuras y extremas de los medios alineados con los republicanos. (Excepto cuando no solo está inventando cosas, como hizo con las tonterías sobre la energía eólica que le encanta repetir).


Un excelente ejemplo: cuando se le preguntó sobre las separaciones de niños en la frontera, se refirió a una historia de Fox News de hace dos años sobre una imagen que se identificó erróneamente como si fuera de su administración, pero que en realidad era del Gobierno de Barack Obama. Básicamente, la respuesta no tuvo nada que ver con la pregunta. Tampoco venía al caso su afirmación de que las jaulas en las que su administración había puesto a los niños estaban realmente limpias.


¿En cuanto a la empatía? Según Trump, la afirmación de Biden de preocuparse realmente por los votantes era solo un dicho político. Todavía no tiene una respuesta sobre qué hacer después de la pandemia. Repite lo que ha estado diciendo desde mediados de abril: que merece crédito por la brillante respuesta de Estados Unidos y que la vacuna estará disponible en cualquier momento. Apenas intenta hacer plausibles sus ficciones. Todavía insiste en la idea de que, si no hubiera sido elegido presidente, Estados Unidos habría estado en guerra, en una guerra nuclear, con Corea del Norte. Todavía afirma que ha sido el mejor presidente para los negros estadounidenses desde Lincoln.



Incluso cuando está en lo correcto al señalar que se han recuperado muchos trabajos desde abril, lo considera como una especie de auge económico, en lugar de reconocer que ahora hemos alcanzado 30 semanas consecutivas de niveles récord de solicitudes al seguro de desempleo y que el desempleo aún está al nivel de una recesión. No es de extrañar que ni siquiera se molestó en decir lo que planeaba hacer al respecto.


De hecho, Trump parece no tener ningún plan de política para un segundo mandato. Lo que no es una sorpresa, ya que no hizo mucho durante su primer mandato, pero es sorprendente que ya ni siquiera pueda fingir. Además de no tener una estrategia económica, no ofreció ningún plan de atención médica (aparte del que siempre promete que se dará a conocer en dos semanas); ni siquiera hay un plan de infraestructura, que en algún momento tuvo, pero en el que aparentemente ha perdido interés.


Lo único en lo que parecía interesado durante el debate, además de atacar a Joe Biden, era atacar a Hunter Biden y a los demócratas en general, aunque en la mayoría de los casos sus acusaciones probablemente eran incomprensibles para cualquiera que no se haya mantenido al día con los medios alineados con los republicanos.


Nada de lo que dijo ninguno de los candidatos el jueves por la noche probablemente afectará a quién gane las elecciones. Pero si alguien se pregunta si estará Biden o Trump en la Oficina Oval durante los próximos cuatro años, el debate final fue bastante educativo.




Jonathan Bernstein

Bloomberg



Tomado de Portafolio.co

Disponible aquí


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