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Trump insiste en los beneficios de los aranceles. Por ahora debe controlar los daƱos

Las medidas de comercio exterior del presidente Trump no han funcionado como él esperaba y se ha visto forzado a actuar para contener los daños económicos y políticos.


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En el ā€œDĆ­a de la Liberaciónā€ proclamado por el presidente Donald Trump en abril, cuando anunció los aranceles que han trastocado el comercio mundial, prometió que ā€œlos puestos de trabajo y las fĆ”bricas volverĆ”n con fuerza a nuestro paĆ­sā€. La imposición de aranceles a las importaciones, prometió el presidente de Estados Unidos, ā€œabrirĆ” los mercados extranjeros y derribarĆ” las barreras del comercio exteriorā€, lo que se traducirĆ­a en precios mĆ”s bajos para los estadounidenses.


Hasta ahora no ha funcionado así, y Trump se ha visto forzado a actuar para contener los daños económicos y políticos.


El lunes, en la Casa Blanca, el presidente anunció una ayuda de 12.000 millones de dólares para los agricultores estadounidenses, quienes se han visto perjudicados en gran medida por sus políticas comerciales.


Los aranceles siguen ejerciendo presión al alza sobre los precios, lo que ha puesto al gobierno de Trump a la defensiva frente a la profunda preocupación pĆŗblica por el costo de vida. El martes, el presidente irĆ” a Pensilvania para pronunciar el primero de lo que la Casa Blanca denomina una serie de discursos sobre el problema de la ā€œasequibilidadā€, que la semana pasada Trump tachó de ā€œla mayor estafaā€ jamĆ”s concebida por los demócratas.


China, la segunda economía mÔs grande del mundo y principal competencia económica y tecnológica de Estados Unidos, publicó el lunes cifras que muestran que aún registra un superÔvit comercial récord con el resto del mundo, aun cuando su comercio global y su superÔvit con Estados Unidos se reducen. Esto sugiere que Pekín estÔ aprendiendo rÔpidamente cómo prosperar, incluso en un mundo en el que Estados Unidos se convierte en un lugar mÔs difícil para hacer negocios.


Y, hasta la fecha, apenas hay indicios de un retorno generalizado a los pueblos y ciudades estadounidenses los puestos de trabajo en el sector manufacturero que se perdieron a causa de décadas de automatización y globalización.


Trump insiste en que su emblemÔtica decisión de imponer los aranceles mÔs elevados a las importaciones estadounidenses desde 1930 estÔ funcionando, o funcionarÔ pronto. Sigue culpando a su predecesor, Joe Biden, de todos los males económicos, aunque el argumento es cada vez mÔs endeble a medida que se acerca su primer aniversario en el cargo, en tan solo seis semanas.


Se encuentra mÔs o menos en el mismo lugar que Biden a principios de 2024: diciendo al pueblo estadounidense que les estÔ yendo muy bien, cuando muchos no lo sienten así. Ha rechazado los comentarios sobre los elevados precios de las tiendas de comestibles, e insiste en que estÔn bajando. Pero la inflación subió ligeramente en septiembre, hasta aproximadamente un 3 por ciento de aumento anual, casi exactamente donde estaba cuando su predecesor dejó el cargo.


Los puestos de trabajo en el sector manufacturero han seguido disminuyendo gradualmente este aƱo, con pĆ©rdidas de unos 50.000 desde enero. (Estas cifras contribuyeron a la destitución en julio del director de la Oficina de EstadĆ­sticas Laborales, despuĆ©s de que Trump anunciara que las revisiones a la baja de los informes oficiales de empleo estaban ā€œmanipuladasā€).


No es sorprendente que el lunes Trump intentara presentar los 12.000 millones de dólares de ayuda de emergencia a los agricultores como una victoria, otra prueba —al menos para Ć©l— de que su decisión de imponer los aranceles mĆ”s elevados a las importaciones estadounidenses desde 1930 estĆ” funcionando, o lo harĆ” pronto.


En las Ćŗltimas semanas, ha prometido utilizar los ingresos arancelarios que llegan al paĆ­s para extender un cheque gubernamental de 2000 dólares a cada contribuyente (ā€œĀ”sin incluir a las personas con ingresos altos!ā€, exclamó en Truth Social en noviembre). La semana pasada, declaró en una reunión del gabinete que ā€œen algĆŗn momento de un futuro no muy lejano, ni siquiera tendrĆ”n que pagar el impuesto sobre la rentaā€.


Las cifras no cuadran: Estados Unidos ha recaudado este año unos 250.000 millones de dólares en ingresos arancelarios, un poco menos que los 2,66 billones de dólares en impuestos federales sobre la renta de las personas físicas en el ejercicio fiscal 2025.


El presidente ha prometido que los ingresos arancelarios reducirĆ”n la deuda nacional, que actualmente asciende a 38,45 billones de dólares. Durante el verano, dijo a los legisladores que otros acuerdos que estĆ” alcanzando —algunos a cambio de reducir los aranceles— reducirĆ­an los precios de algunos medicamentos en un 1500 por ciento, una proeza de gimnasia matemĆ”tica que dejó perplejos a algunos de sus oyentes.


The New York Times en EspaƱol


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